El Porqué del Blog...

Somos un grupo de estudiantes y académicos del Instituto Tecnológico de Tehuacán, interesados en el fomento de la Ciencia y la Cultura en nuestra institución, y en la realidad social y política de nuestro país.
Como estudiantes y académicos participamos activamente dando a conocer nuestras opiniones acerca de los acontecimientos relacionados con estos aspectos actuando como contrapeso moral y ético a la actual Administración del Instituto Tecnológico de Tehuacán.

jueves, 17 de enero de 2008

No basta…

Después de 3 años de una gestión accidentada, mafiosa y corrupta, la Dirección General de Educación Superior Tecnológica, decidió reemplazar al director del Tecnológico de Tehuacán Jorge Flores Hernández. Ciertamente este es un paso importante, pero no es suficiente. No lo es por muchas razones.

El ex director Jorge Flores desde su llegada al tecnológico se alió con el grupo de Orizaba comandado por el Ing. Miguel Leal Cruz, actual subdirector de Planeación. Este grupo se caracteriza por corrupto y tiene secuestradas las carreras de Ingeniería en Sistemas Computacionales e Ingeniería Industrial. Una de las anomalías, por cierto grave, está en el hecho de que los profesores de la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales no son ingenieros; son licenciados en informática. En consecuencia, los egresados de esta carrera simplemente no son ingenieros en sistemas computacionales. No pueden serlo porque sus profesores no tienen dicho perfil; estos profesores al no tener el perfil de ingeniero, lo que enseñan a sus alumnos es lo que ellos se imaginan de la ingeniería, no lo que es la ingeniería. Un efecto palpable de esta anormalidad es el rechazo de los alumnos hacia las matemáticas y las asignaturas relacionadas con las matemáticas. Otro vicio de este grupo es su ausentismo en aulas; no asisten a impartir clases, escudándose en el nuevo modelo educativo. Un caso patológico se tiene en el ingeniero Miguel Leal Cruz y la licenciada en informática Saira Vázquez Gamboa, quienes semestre a semestre se presentan no más de diez veces a clases. Este grupo también se caracteriza por la manipulación de alumnos para atacar a los profesores que no son de su grupo, por cierto tarea que realiza muy bien la coordinadora Irene García Ortega. Al respecto, el ex director del instituto Ing. Jorge Alberto Flores Hernández encubrió a dicha coordinadora de carrera acusada de maltrato de alumnos. Esta acusación se envió al Presidente de la República, pero parece que el ex director no atendió la recomendación de la presidencia con la sensatez y juicio recomendables.

Aunque los criterios para la conformación de un programa académico de ingeniería exigen que la mayoría del cuerpo docente sean ingenieros con el perfil de la carrera y a sabiendas de este problema de conformación de la carrera de Ingeniería de Sistemas (escuchen el audio, la voz es del ex director), durante la gestión del ex director Jorge Flores se contrataron más licenciados en informática. Así contrataron a la hija del jefe del departamento de ingeniería industrial, Ing. Alvaro Hernández, por cierto de Orizaba, Lic. Elsa Hernández y a la Lic. En informática Andrea Amezcua. Para poder hacer lo anterior el ex director Jorge Flores en contubernio con el actual comité sindical formaron una comisión dictaminadora docente a modo.



Esta comisión dictaminadora, jamás ha hecho público los dictámenes de promociones y contrataciones. La corrupción en este ámbito ha llegado a ser tan abrumadora que uno de los jefes de departamento le pidió al jurado proporcionar la lista de las preguntas del examen de oposición al sustentante, que por cierto es hijo de otro jefe de departamento. Obvio es, que los jurados que se negaron a tal petición, no fueron convocados al examen de oposición. La percepción del personal del tecnológico es que con tales acciones, los beneficiados o son amigos del ex director o allegados del comité sindical. Ni más ni menos, esto es parte del lodo que deja Jorge Flores y subdirectores.

Se sospecha que el ex director Jorge Flores manejó de manera fraudulenta el presupuesto del tecnológico para la realización de obras innecesarias. Realizó modificaciones a los edificios que rompen con el diseño arquitectónico, se construyó una cancha de fútbol rápido dentro del área académica, se sustituyeron los pisos de granito en aulas por pisos de cerámica (aunque lo único que necesitaban dichos pisos era mantenimiento), se cambiaron marcos de ventanas y puertas en aulas cuando lo que se requería era simplemente el cambio de mecanismos en ventanas y mantenimiento de puertas, se pintaron algunos edificios sin el previo resanado de paredes y marquesinas, se modificó la sala audiovisual tapiando todas sus ventanas y colocando un sistema de aire acondicionado dejando sin ventilación a dicha sala. Algunos de los trabajos antes mencionados fueron realizados por un contratista veracruzano que a su vez subcontrató los servicios de trabajadores de esta localidad. Se compraron cientos de sillas con paletas de calidad pésima. Por reclamo de la comunidad tecnológica éstas desaparecieron y hasta hoy no se ha aclarado cuánto costaron, quién fue el proveedor y el destino que tuvieron dichas sillas. También se compraron mesas (apropiadas para salones de fiestas) para adecuar un buen número de salones de clases; suponemos que esta compra se hizo con fines de lucro, puesto que cuando el número de alumnos por grupo es en promedio de 30 a 40 estudiantes hace inoperante, poco apropiado y riesgoso el uso de dichos salones.

Otro de los caprichos del ex director fue la creación e implantación de la carrera de ingeniería mecatrónica. Todos sabemos que para la apertura de una nueva carrera se necesitan satisfacer al menos tres aspectos:

  1. Contar con las instalaciones y laboratorios adecuados
  2. Tener los planes y programas de estudios pertinentes y
  3. poseer un cuerpo docente con el perfil de la carrera.

Es lógico deducir que faltando uno o más de estos aspectos constituiría una carrera totalmente irregular. Pues bien, esta carrera se fundó en nuestra institución sin el cuerpo docente apropiado. No cuenta, hasta ahora, con un solo profesor con el perfil requerido. Esto contradice la posibilidad de mejorar los niveles de calidad y excelencia académica, pues si se aspira a ofrecer servicios educativos de buena calidad uno de los requisitos esenciales es contar con el personal académico con el perfil adecuado y satisfacer los porcentajes de profesores de tiempo completo. No es posible hacerlo contando únicamente con las instalaciones y los planes y programas de estudio. Pero lo más grave, es que se está engañando a la sociedad, al ofrecerle dos carreras virtuales, que lo son únicamente de nombre. Así como están instituidas, la carrera de ingeniería en sistemas computacionales no prepara ingenieros; produce un adefesio que ni siquiera es un licenciado en informática y menos ingeniero en sistemas computacionales. Se puede argumentar que sucederá algo semejante con los que egresen de la carrera de ingeniería mecatrónica.

En cuanto a la certificación ISO lograda por nuestra institución durante la gestión de Jorge Flores no está ayudando a mejorar los procesos para alcanzar la excelencia académica y administrativa. No se está utilizando para enfrentar los verdaderos retos de cualquier institución educativa: ofrecer servicios educativos de calidad y la excelencia educativa. Las personas que administran el sistema de calidad no son, ni cercanamente las idóneas para la tarea, la implantación de dicho sistema se hizo con nula inteligencia, el sistema se manipula mediante la eliminación discrecional de quejas que no pueden o no les conviene atender, para cumplir con los índices de calidad se crearon “remedios” que dan pena y otras cosas que exhiben la “genialidad” de la administración de calidad. Por cierto todos los índices de calidad no lo son; son índices de cantidad. Como muestra basta algunos ejemplos: incrementar la eficiencia terminal, disminuir el porcentaje de reprobados, disminuir el porcentaje de deserción, etc. Por consiguiente, no es difícil suponer que la certificación ISO es una tapadera cuyo propósito es ocultar la situación actual que priva en nuestra institución: práctica docente en ruinas, ninguna de las carreras está acreditada ante un organismo de acreditación reconocido, esencialmente no se hace investigación y es casi nula la titulación mediante la opción tesis. Un sistema de calidad que no esté controlando las funciones sustanciales de nuestra institución, que no esté vigilando el sistema de compras y manejo del presupuesto, pero se utilice esencialmente como un instrumento de opresión y represión para el personal del instituto sirve de muy poco. Es un gasto innecesario.

En cuanto al Subdirector Académico Ing. Juan José Guzmán Rejón, al ser muy amigo del Ingeniero Leal desde su llegada se alió con el grupo orizabeño. No ha atendido los problemas académicos y al pertenecer a dicho grupo no ha hecho caso a las solicitudes para la corrección de conflictos y abusos de catedráticos de la carrera de ingeniería en sistemas computacionales y se ha prestado a la manipulación de oficios para atacar a los profesores que no comulgan con su grupo, ha manipulado los RAC´s con fines de represión a los profesores, le ha ordenado explícitamente a los jefes de departamento violar el reglamento interno de trabajo asignando más de tres materias diferentes, adjudicando una carga de trabajo con más horas que las reglamentarias y cambiando semestralmente las materias a los profesores. Por cierto, también se ha caracterizado por no asistir a clases. Esto es explicable, puesto que ha comentado que jamás le ha gustado la docencia. Desde el principio de su gestión se prestó al manejo tendencioso, corrupto e irresponsable del reporte del año sabático de una compañera. De todos estos hechos, tienen conocimiento el comité sindical delegacional, el colegiado de asuntos laborales del CEN del SNTE y otras instancias.

Por consiguiente, si la Dirección General De Educación Superior Tecnológica quisiera de verdad comenzar a mejorar la situación del tecnológico de Tehuacán, sería deseable el esclarecimiento de los posibles manejos fraudulentos, antirreglamentarios y despóticos de la gestión del ex director Jorge Flores. Es sumamente necesaria la realización de una verdadera auditoría para despejar la vida institucional del tecnológico y castigar a los responsables de las irregularidades, si las hubiera. La simple remoción del Ingeniero Jorge Flores no es suficiente. No basta…